Monday, September 28, 2009

Pena por la Universidad Michoacana

Es innegable que la Universidad Michoacana está en crisis desde hace varios años. Y da tristeza comprender que no sólo es manifiesta en la podredumbre sindical y la vida burocrática (académica y administrativa), sino también en la pérdida de áreas verdes y espacios para la recreación al interior del campus.
Desde niño me gusta jugar en los jardines y andar en bicicleta por los pasillos; armar la cascarita de fucho y llevar a pasear al perro; caminar en días lluviosos y fumar un cigarrito antes del anochecer. Mi nostalgia hacia CU es también arraigamiento. Por eso me encabrona que estén construyendo edificios y estacionamientos por doquier. Sin importar invadir lugares reservados a la naturaleza. Desgraciada analogía con el crecimiento de la ciudad. Paulatina depauperación.
Suponemos que hay personas pensantes en ese lugar que muchos (ingenuos) consideran el núcleo de conocimiento científico y social, donde se genera y promueve un humanismo crítico y responsable para con la sociedad. Quizá sea mucho pedir que salgan, literalmente, de la inercia laboral y caminen por los espacios arrebatados en pro del (sub)desarrollo y la infraestructura. Es aberrante la fe que le guardan al progreso. Ideal de visión paraestatal que parece estar clonado mentalmente o impuesto “a huevo” como la taimada certificación, nuestra paráfrasis tercermundista de la universidad norteamericana.
Y ya que hablamos de pérdidas no mencionemos la autonomía universitaria (así, con minúscula). El viernes 4 de septiembre la secretaria de seguridad pública del estado acudió a una actividad académica en la facultad de filosofía. Escoltada por policías travestidos como civiles y ad hoc a los tiempos violentos que sufre la ciudad, tuvieron la grandiosa idea de realizar cateo corporal y revisión sorpresa de mochila a los estudiantes despistados que merodeaban los jardines de la institución. No es la primera vez en este año que entra la policía con goce de ejercicio al interior de la universidad. Hace algunos meses hubo otro agasaje encubierto por la misma razón: una luminaria pública en un foro académico. Recuerdo también que los puercos treparon a varios colegas aficionados al “pasto verde”, pero ese es otro boleto. La policía no debe pisar territorio universitario.
Ninguna paranoia justifica este tipo de violaciones. En aquella gran huelga de la UNAM con el Mosh y Cía. (¿alguien sabe qué pasó con ese nerdo?) el ejército entró cuando las autoridades y la clase política perdieron los estribos y, descerebrados, optaron por la vía hollywoodense: la castrense. En nuestra universidad basta el capricho de un burócrata mayor para que la policía organice una kermese con baile estudiantil incluido.
Aunque profesores y autoridades se hagan de la vista gorda, la comunidad estudiantil debería alzar la voz, con mayor razón si sus representantes en el consejo universitario son mediocres, timoratos o comprados. La vía diplomática no siempre funciona en instituciones enfermas. Habrá que tomar otras medidas, planear acciones alternativas. Desentenderse de la verborragia, aprendida en la academia, para “problematizar el mundo”: actuar. Deslindarse, también, del patetismo automarginal con que opera lastimera nuestra resistencia estudiantil: la mafiosa disidencia de las casas de estudiante.
“La situación de subdesarrollo es ante todo una condición histórica, es el resultado de muchos años y quizá de siglos de cierto tipo de relaciones que los países así llamados han mantenido y mantienen todavía con los países desarrollados. Se trata principalmente del colonialismo, que ha establecido entre los países colonizados un conjunto de relaciones de desigualdad (el establecimiento de relaciones entre sociedades desiguales ha producido una desigualdad creciente); de relaciones de dependencia (tanto política como económica), y de relaciones de explotación económica (enriquecimiento de los países colonizadores, agotamiento de las riquezas naturales de los países colonizados, corriente de capitales de los países subdesarrollados a los desarrollados, etc.).”
Rodolfo Stavenhagen

Wednesday, September 02, 2009

Ni tú te soportas...

Me da ternura saber que muchos literatos locales (incluidos blogeros) en serio creen que existe algo como la “Literatura Michoacana”. Noción a la que se adscriben o pretenden pertenecer cuando logre madurar el fruto wanabana. Risa, por qué no, si forman grupos sobagluteos incapaces de criticar sus legajos entre sí. Pena, si es que reciben premios gracias al jadeo rítmico que practican con sus padrinos mágicos. Indignación, cuando sin-taxis se queda la ciudad esperando el flujo coherente de escritura sin tanto accidente al andar sobre la hoja.
Un canon no se conforma de voces aprendices. Coro afónico, sin más, escuchamos. Máxime cuando hay subidón de humos: coro cacofónico del yo: egolatría.
Hace unos días me topé con cierta musa de panteón con ínfulas de poetisa (¿existe femenino de bardo?). Vaya fiesta. Un agasajo el estupor de su bilis. Tan insoportable era su arenga que en un momento MUTE, sola ella desarrollando el personaje a cuestas, su tremenda propensión a la grandeza fustigada por su terrible/inevitable condición: ser literata y ser fea. Me hubiera divertido intercambiar escarnios, mandarle algún valiente al ruedo, hablar del egotismo y la miseria de la poesía local, robarle una mueca inédita. A lo mucho miré su espectáculo y predije su partida. Todavía hoy me pregunto cómo soporta ser.