Wednesday, May 06, 2009

Pasada la Influenza

De por sí desconfiamos de las instituciones. ¿Y la epidemia? Un marasmo de semana y media. La clase política pretende seguir con su “atole con el dedo”. Aquí los rumores que escuché durante la puesta en escena: A) Según un sospechoso video realizado por un “heroico” trabajador del Centro de Inteligencia de México, o algo así (¿otra vigilancia paraestatal?), y transmitido por Youtube, el incansable Chapo Guzmán preparaba una “guerra de narcos” que pondría a temblar al Ejército Mexicano. Entonces, como medida “preventiva” al gobierno mexicano se le ocurrió diseminar el virus (del pánico, de la desinformación, del “que pendejo estás mexicano”) para justificar la intervención de las tropas gringas con ayuda y medicinas, so pretexto de chingarse a los insurgentes analfabetas. La pura carnicería entre trogloditas. (Está de risa o como argumento para hacer narcoliteratura barata). B) La teoría del “Compló” contra los dos soquetes presidenciables antagónicos al blanquiazul (el jefe de gobierno del DF y el gobernador del Edo. de México) que no dieron el ancho ante la contingencia, como sí lo hizo Calderón (risas). C) La hipótesis de la sucia alianza del G-8 para hacer laboratorio de geopolítica y colocar otro marcapasos en Tercer Mundo (Quizá la menos fantástica). Son rumores, son rumores…
Entre el hastío y la guëva de la parálisis citadina se perciben golpes más certeros por palpitantes. Fuera del circo nuestro de cada día, presentando esta ocasión la famélica variedad protocolaria del presidente y su gabinete de pusilánimes secretarios, además de los consabidos movimientos velados de nuestros representantes en el Congreso, está la recesión económica y la manipulación mediática. Oportuna alerta, las medidas sanitarias devinieron vacaciones sin asueto para la mayoría de mexicanos, tremendo bajón para quienes viven al día y despidos al por mayor. En tanto los medios de comunicación cedieron otra vez: nadie puso en entredicho la verdad del Estado, que corroboró exquisitamente el control fáctico ejercido otra vez sobre el mexicano promedio. Si alguien sigue soñando con una revolución para el 2010, aquí tiene un adelanto del fracaso: México es perro pavloviano. Un chasquido es suficiente para que el animal doméstico obedezca.

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